21 de enero de 2013

No soy una niña de papá

Quiero escribir sobre alguien que siempre me dice "Cuidado con lo que pones por Internet" o "Ni si te ocurra colgar una foto mía, que a saber quién la ve" o "No te fíes de la gente de Internet". Y la verdad, tiene razón, no debería fiarme de la gente de Internet, pero de la de fuera tampoco. 

Es una de las personas a las que más quiero en este mundo aunque siempre acabemos discutiendo porque los dos somos unos cabezotas. Es un tipo duro, solo lo he visto llorar una vez y fue porque me hizo llorar a mí. Creo que ese fue el día en que me di cuenta de que mi padre también se sentía tan inseguro como yo.

Quiero agradecerle todo lo que me ha enseñado. Que reírte de algo no significa faltarle al respeto. Que si algo no funciona, lo apague y lo reinicie. Que aprecie a mis padres porque algún día se irán. Que "El amor és una bajoqueta" (El amor es una judía verde). Que la familia es lo más grande que tengo. Que estudie porque puedo. Que estime la meua llengua. Que si soy una roja iré al infierno pero que por lo menos le haré compañía. Que ser atea no significa no respetar las creencias de los demás. Que aunque vea a una persona inalcanzable y crea que nunca querrá nada conmigo, puedo acabar casándome con ella. Que el respeto es lo más importante en una relación. Que el amor verdadero existe. Que a veces hay que tragarse procesiones y conciertos para hacer feliz a quien quieres. Que disfrute de la fiesta.

También quiero darle las gracias por darme todo lo que siempre he necesitado sin malcriarme. Gracias por mis ojos y por mi pelo. Por su amor por los Beatles. Por estar dispuesto a cortarle los huevos a cualquier gilipollas que intente hacerme daño. Por decirme lo guapa que estoy. Porque es el único hombre que va a quererme para siempre, pase lo que pase. Por decirme "¿PERO QUÉ LLEVAS PUESTO?" pero nunca pedirme que me cambie. Por estar orgulloso de mí

Gracias porque no soy una niña de papá, pero él me quiere igualmente.