9 de julio de 2012

Excusas, excusas

Llevo un tiempo cabilando sobre mi futuro, ya que actualmente estoy más perdida que Sergio Ramos en una biblioteca. Hay varios caminos que me llaman la atención, pero ninguno en especial, así que a menudo pido consejo a mis familiares, amigos, conocidos e incluso un día le pregunté al señor que iba a mi lado en el autobús si me veía cara de algo en concreto.
Sin embargo, las respuestas que me dan nunca me ayudan. Estoy harta de oír "Elige lo que más te guste", "A ti te irá bien hagas lo que hagas" o "Euh... lo siento, esta es mi parada".
Eso no me impide desistir y sigo preguntando a menudo, lo que me lleva a algo que me pasó hace un tiempo. Iba con mi amiga, agobiándola otra vez con mis miedos e inseguridades acerca de mi incierto futuro y me respondió:

Amiga: Mira, pues yo a ti te veo de... ¡juezgada!
Aju: ¿Qué?
Amiga: Juezgada, tía, juezgada.
Aju: ¿Qué es eso?
Amiga: Joder, pues esta gente que está en los juicios, los de las leyes y esas cosas...
Aju: ¿Te refieres a los abogados o a los jueces?
Amiga: ¿No existen los juezgados?
Aju: Que yo sepa, no.
Amiga: Pues bueno, o jueza o abogada, lo que quieras. Yo creo que serías buena porque hablas muy bien y te gusta defender a la gente.
Aju: Mmm... pues no estaría mal. Preguntaré en todas las universidades hasta que encuentre un grado para convertirme en juezgada.

Por mi amiga no os preocupéis, ella va a ser cantante. Al llegar a casa conté lo sucedido (omitiendo la invención de la palabra) y mi padre me dijo "Si ya lo digo yo, tienes más leyes que un abogado...". Esto me obliga a hacer un flashback para recordar al menos un par de situaciones en las que mi padre usa esa frase.


  • Situación 1
Papá: Aju, deja ya el ordenador.
Aju: ¿Por qué? ¿Lo necesitas?
Papá: No, pero ya llevas mucho rato.
Aju: ¡Si me voy estarás perdiendo dinero!
Papá: ¿Por qué? ¡Te he dicho mil veces que no te creas los anuncios de "Eres el visitante un millón"!
Aju: Que no, escucha... ¿cuánto pagáis aproximadamente al mes por Internet?
Papá: Pues, junto con televisión y teléfono, unos 50 euros.
Aju: Ok. Imagina que no usara el ordenador nunca. ¡Estarías pagando 50 euros por nada! Si lo usara un par de veces al mes, cada conexión sería el equivalente a 25 euros. ¡25 pavos por conectarte una vez! En cambio, digamos que yo lo usara unas 4 horas cada día. *Enciendo la calculadora del ordenador*. Cada día, Internet nos cuesta unos 1'6 euros. Si dividimos ésto entre las 4 horas del día en las que lo usara, ¡sale a 41 céntimos la hora, más televisión y teléfono! ¿No es un chollazo?
Papá: Apaga el ordenador.
Aju: ¿¿¿Por qué???
Papá: Porque te quiero.
Aju: Si me quieres déjame un ratito más, eso me haría feliz, ¿o acaso no te importa la felicidad de tu propia hija, que tanto te quiere y admira?
Papá: Tienes más leyes que un abogado...
Aju: Es que no me puedes obligar a hacer algo sin argumentos lógicos, ya no digo argumentos con los que esté de acuerdo, pero exijo algo que al menos pueda respet...
Papá: Apaga.
Aju: ¡Anarquía!
Papá: Tu revolución no tiene el apoyo de ningún otro miembro de este sistema.
Aju: Luego no me vengas con que esto es una democracia, maldito opresor...


  • Situación 2
Ésta situación se repite tan a menudo que he desarrollado ya dos argumentos a mi favor:

a)
Papá: Aju, ordena tu habitación, que parece una pocilga.
Aju: A ver, Papá. Según la RAE, el orden es la colocación o disposición adecuada de algo. Dado que tú te estás refiriendo al de los objetos de mi habitación, la que tiene que decidir la disposición adecuada soy yo. Es mi responsabilidad como "propietaria" de la habitación.
Papá: Pues el propietario de la casa soy yo y esta habitación está dentro de la casa.
Aju: Ah, pues si el propietario eres tú, eres tú el que la tiene que ordenar.
Papá: Como la ordene yo, será con una bolsa de basura.
Aju: Ah, muy bonito, es decir, ¿tengo el deber de ordenar esta habitación pero no puedo decidir el lugar de las cosas? Eso es una contradicción.
Papá: Tienes más leyes que un abogado...


b)
Papá: Aju, ordena tu habitación, que parece una pocilga.
Aju: No puedo, estoy probando una teoría científica.
Papá: ¿Qué dices?
Aju: Sí, mira, no sé si te acordarás de cuando lo estudiaste, pero la segunda ley de la termodinámica enuncia que todo tiende al caos. Estoy probando si esto también es aplicable a espacios tan reducidos como un dormitorio prob...
Papá: Pero si tú eres de letras...
Aju: ¿Es que nunca me lo vas a perdonar? ¡Solo quería sentir tu aprobación! Me estoy implicando en cosas que te gustan y ¿qué es lo que recibo a cambio? Desprecio por no haber elegido el camino que tú deseabas para mí. Papá, soy ya una persona madura y si no puedo tomar mis propias decidiones nunca podré demostr...
Papá: Tienes más leyes que un abogado...


Y así en todas las cosas que me ordena y en las que no estoy de acuerdo. Porque si algo me han enseñado en casa es que si no estoy de acuerdo con algo, debo decirlo de manera educada y argumentando mi opinión. Por suerte, también me han enseñado a entender el lenguaje corporal, así que cuando mi padre resopla y pone los brazos en jarras, es el momento de obedecer con velocidad, eso sí, sin dejar de refunfuñar expresando mi opinión.